El Gobierno argentino ha desplegado cerca de 10.000 militares en sus fronteras con Paraguay, Bolivia y Brasil como parte de una estrategia nacional contra el narcotráfico y el tráfico de armas. Paraguay acompaña esta iniciativa mediante tareas de inteligencia y apoyo estratégico, según confirmó el ministro de Defensa, Óscar González.
Ambos países mantienen un canal de comunicación fluido, basado en acuerdos alcanzados en encuentros bilaterales recientes en Mendoza y Clorinda. La colaboración se ha traducido en operativos conjuntos, como la respuesta ante un ataque a una sede de la Gendarmería Argentina en la frontera.
El enfoque compartido busca contener el crimen organizado en la región, reforzando no solo las acciones militares sino también la prevención y el intercambio de información sensible. González subrayó que tanto el narcotráfico como el tráfico de armas son amenazas comunes que exigen respuestas coordinadas entre los Estados.
Esta cooperación binacional forma parte de una visión más amplia de seguridad regional, que contempla el fortalecimiento de controles fronterizos y la integración de políticas de defensa para enfrentar desafíos compartidos.